Por la manhana miramos nuestro correo y leemos un mensaje de Laura y Jose, los amigos de Madrid con los que coincidimos en Ilha Grande, y nos dicen que estan en Morro de Sao Paolo. Nuestra idea era ir primero a Barra Grande y luego a Morro, pero nos apetecia estar unos dias con ellos y cambiamos de planes en el momento. El catamaran hacia Morro salia en media hora y corrimos hasta el puerto y llegamos a tiempo. En principio el viaje en catamaran iba a durar dos horas, pero el tiempo estaba fatal y nos hicieron un recorrido diferente. En una hora nos llevaron a la isla de Itaparica donde nos recogio un autobus que nos condujo en un par de horas a puerto mas abrigado del oleaje, desde donde finalmente nos llevaron a Morro en 20 minutos. Jose y Laura nos habian contado que el dia anterior ellos habian hecho el recorrido directo con mala mar y habia potado todo el barco, asi que preferimos tardar mas y no vaciar los estomagos que bastante nos cuesta llenarlos.
A la llegada a Morro se te ofrecen muchos carretilleros para llevarte las maletas y cogimos uno para que nos llevara hasta la Pousada Aradhia, en la tercera playa, donde estaban nuestros amigos, aunque no los encontramos porque estaban paseando y entonces nos fuimos a disfrutar un poco de la playa. Comimos en la misma arena de la segunda playa, la mas animada, y tomamos un poco de sol que falta nos hacia.
Por la tarde nos encontramos con Laura y Jose y otros cinco amigos suyos de Madrid que estaban en la misma pousada. Habiamos comprado los ingredientes para que Antonio nos deleitara con sus nuevos conocimientos de preparacion de la caipirinha y la verdad que le sale bastante buena, doy fe. Esa tarde noche terminamos con botella y media de cachaça ,y porque se acabaron los limones.
2 comentarios:
Ehh, dice Gloria que tiene que probar las caipiriñas de Antonio, que a ver si nos prepara algunas cuando vengais macho, que a estas alturas ya ha practicado mucho, jajajaja. Un abrazo.
Joer, ya le duele el brazo al tio de tanto machacar el limon, por alli lo teneis ya en la huerta del Segura y en la orillica del Mar Menor, nosotros todavia nos resistimos a volver.
Un saludo jo... hermanooooo!!!
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